
Durante los últimos meses, el Centro de Desarrollo Rural Almanzor ha puesto en marcha un nuevo proyecto de recuperación de semillas autóctonas de la comarca de El Barco de Ávila, una iniciativa que ha podido llevarse a cabo gracias a una subvención otorgada a Coceder por parte del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y, por supuesto, a la colaboración de agricultores de la zona.
Por el momento se ha desarrollado ya la primera fase, que ha consistido en la realización de entrevistas, personales y en grupo, con agricultores locales que han puesto en común sus conocimientos sobre los modos de siembra y variedades de semillas locales. De todas ellas se ha deducido que, hace unos 50 años, el cultivo en la comarca se componía de:
- Judías para el consumo seco: judía blanca de riñón, judión, blanca redonda, blanca planchada, arrocina, morada larga y morada redonda.
- Judías verdes: verde de piel roja (una variedad que hasta entonces desconocíamos) y otras variedades de judías verdes aún por determinar.
- Garbanzos
- Guisantes
- Patatas: fina de Gredos para el consumo familiar y otros tipos de carne amarilla destinadas a la venta
- Tomate
- Ajos
- Cebollas
- Calabaza. Variedad para hacer morcillas y alimentar a los cerdos
- Berzas, nabos repollos y remolacha para el engorde de ganado y consumo doméstico
- Cebada, trigo y maíces para el ganado y la producción de harinas
- Frutales: manzanas de reineta, peras, castañas, nueces y avellanas
La metodología era la siguiente: se sembraban judías y patatas para el comercio y cuando se recogía la cosecha en la misma huerta se sembraban verduras de invierno para el consumo familiar, o cereales para el engorde del ganado. Posteriormente se utilizaba el estiércol como abono para que la tierra siguiera produciendo en la cosecha siguiente.
Los horticultores seleccionaban hasta los años sesenta sus propias semillas, pero en esa época comenzaron a comprar nuevas porque eran mucho más productivas, lo que ha dificultado mucho nuestra labor de encontrar semillas totalmente autóctonas.
Una vez realizada la labor de información, hemos completado la primera fase del proyecto con la recolección de algunas de estas semillas autóctonas de las que nos hablaban o semillas que se siembran en la zona desde hace más de cinco años. Hasta el momento (la recogida de semillas aún sigue abierta) se han recogido semillas de 11 variedades y 6 especies distribuidas en 5 familias distintas.
Actualmente, y tras haber realizado un test de viabilidad, las semillas permanecen guardadas a la espera de que en primavera se pueda proceder a su siembra y a una catalogación más exhaustiva que dé lugar a poder crear un banco de semillas más numeroso que en un futuro pueda surtir a los agricultores de la zona, con el objetivo de preservar la agrodiversidad local.